Monday, March 16, 2009

DOS MUJERES, DOS CAMINOS.


Después de años de trabajo como misionera en Venezuela, realizado con la invaluable asistencia de Josefa Ramírez Muñoz, la misionera Verla Peterson opta por su jubilación y regresa a los Estados Unidos.



Mientras tanto, Josefa sin jubilación alguna, permaneció sola, habitando y manteniendo las propiedades, donde por décadas sirvió a la misionera, quien ahora estaba residiendo en los Estados Unidos. Estas propiedades constan de tres inmuebles, una casa tipo rural construida en el terreno de la casa vecinal, una casa tipo vecinal y una casa tipo estudio, todas en un área de terreno de aproximadamente 700 m2. La casa tipo rural fue construida y mantenida conjuntamente con el esfuerzo laboral, económico y patrimonio personal heredado por Josefa. Posteriormente a su construcción, la misionera Verla Peterson y Josefa Ramírez pasaron a habitarla, mudándose de la casa vecinal a la rural, alquilando la vivienda vecinal y la vivienda tipo estudio para cubrir gastos. Al regresar Verla Peterson a EE-UU, Josefa siguió habitando la vivienda tipo rural y las otras siguieron alquiladas, para cubrir parte de los gastos de agua, luz, reparaciones, alimentación y medicina de Josefa. Presionar y ver el anexo siguiente:
Documento: Instrucciones de Verla Peterson para el mantenimiento de las propiedades.
Josefa estaba envejeciendo, como sus únicos familiares consideramos que había que tomar las previsiones necesarias, pero nunca fuimos tomados en cuenta con relación a tales previsiones. Evitando que cualquier intervención nuestra, fuese confundida con algún interés económico personal, decidimos ser simple observadores confiados en la estabilidad de Josefa. Teníamos la seguridad que Josefa, quien no tenía vicios, ni erogación económica alguna, habiendo trabajado duramente por más de cuatro décadas para Verla Peterson y la Misión de las Iglesias Evangélicas Libres de América, tenía los suficientes recursos y protección que le permitiera tener una vejez digna. En realidad, no teníamos la menor sospecha que bajo el contexto cristiano, donde ella se desenvolvía, pudiera ser víctima de algún tipo de injusticia o maldad.

En nuestras reuniones familiares, ocasionalmente compartíamos opiniones sobre la extraña actitud incondicional y acrítica de Josefa, con relación a Verla Peterson o a la Misión. Considerábamos anormal la limitada relación de Josefa con sus sobrinos y sobrinas. No obstante, siempre creímos que había una estrecha y honesta relación entre ambas mujeres por más de cuatro décadas, y tal vez por eso, nos quedamos tranquilos en cuanto a la seguridad y bienestar de Josefa, nuestra tía.